La verdad en Julián Marías, de plena actualidad.

Uno de los problemas de nuestra sociedad y política actual es la generalización de de la mentira. Hace ya veinte años, el 16 de enero de 1997 escribía un artículo de Don Julián Marias en la Tercera de ABC titulado “¿Por qué mienten?”  en el que explicaba como la ausencia de verdad estaba en el origen y transcurso de los males que aún hoy padece la sociedad española.

Lo que sigue faltando, y me preocupa extraordinariamente, es el triunfo de la veracidad. La verdad fue, como en todas las guerras, la primera víctima en 1936. Una crisis previa de la veracidad fue la causa últimamente decisiva de la discordia que llevó a la guerra civil; se buscan las causas de su origen, y rarísima vez se piensa en esta. La verdad fue evitada, perseguida durante los decenios siguientes, por el partidismo, la obsesiva politización de los que mantenían su versión interesada de las cosas y los que aspiraban a sustituirla por otra opuesta pero igualmente tendenciosa y deformadora.

El bienestar económico y social como preocupación casi exclusiva de nuestros gobernantes que hemos ido asumiendo paulatinamente ha contribuido a una cultura individualista disociada de la verdad y a una sociedad cada vez más anestesiada y en muchos casos fracturada. Es necesario recuperar la verdad sobre nuestra historia e identidad y sobre los problemas que debemos afrontar para construir sobre lo que somos.

En concreto, hay dos ámbitos en los que por acción u omisión la mentira y la confusión han avanzado en España.

El primero, es la propia nación. Como explicaba María San Gil en su artículo “España está en peligro” la crisis de España está fundamentada en la falsedad de que ETA ha sido derrotada cuando todavía no ha sido disuelta y hay más de 1.200 cargos públicos que defienden su proyecto político. No ha sido un relato aislado ya que comparte estrategia e intereses con el revisionismo histórico y el relato victimista en Cataluña donde a través de la intervención en la educación, en los medios de comunicación y hasta en el deporte se desarrolla una relato alternativo a la verdad histórica y a la realidad actual.

El segundo, es la crisis de la persona, que nace de la negación por acción y por omisión de nuestra cultura histórica de raíces cristianas, lo que ha permitido el avance de una concepción de la persona basada en la construcción sociológica del género. Como indicaba Manuel Zayas en su artículo “In God We Trust.” la ideología de género es el ataque más directo y evidente contra la verdad cuyas últimas consecuencias, además de a la destrucción de la persona, llevan al absurdo.

Estas dos falsedades comparten una misma dinámica de fragmentación ya que la perspectiva ideológica de género es a la persona lo que los nacionalismos a la nación; construcciones sociológicas y culturales artificiales que confunden y dividen.

En otro artículo también en ABC de Julian Marias 1999 titulado “Vivir contra la verdad” ponía de manifiesto que la negación de la verdad es una actitud dominante en nuestra época y daba una respuesta: “¿Por qué esa voluntaria adscripción a la mentira en cuanto tal? La razón no es demasiado oculta en el fondo, se trata simplemente de miedo a la verdad”.

Nos da miedo, porque en la naturaleza de la verdad se encuentra la exigencia de defenderla y proponerla. La verdad nos compromete. Es un miedo favorecido por la exaltación del bienestar como fin en sí mismo. Empezamos ahora a sufrir las consecuencias. Nos tenemos que esforzar en conocer la verdad que conduce al compromiso social y político y defenderla frente a la apatía y al egoísmo.

Concluía nuestro filósofo en el citado artículo de 1997 que “No se abrirá de verdad el horizonte de España mientras no haya una decisión de establecer el imperio de la veracidad”.

Hoy desde la clase política se nos propone mirar hacia delante, avanzar, progresar. Me parece una paradoja que el lema del congreso del Partido Popular celebrado recientemente fuera “España adelante!”. España no tendrá un horizonte hacia el que caminar como nación si dejamos que se oscurezca nuestra historia y nuestras raíces. Ya que en la política no se está dando, desde la sociedad civil tenemos que comprometernos con una cultura de la verdad en todos los ámbitos y exigírsela a nuestros políticos porque nos va la libertad en ello.

Desde la Fundación Valores y Sociedad queremos junto con la Fundación Villacisneros y con la colaboración de Qveremos aportar nuestro pequeño grano de arena para ayudar a redescubrir el horizonte de nuestra nación con la celebración de un Ciclo sobre “El necesario fortalecimiento de España.” Os invitamos a la próxima sesión que tendrá lugar el lunes 27 de febrero y tratará sobre «El fortalecimiento del coraje cívico en la defensa de España«.

Gonzalo de Ulloa Lapetra